La Gran Ilusión: Cuando los Récords de Inversión No Se Traducen en Prosperidad

Por qué las cifras triunfalistas del gobierno no resisten el escrutinio de la realidad económica.

En los primeros nueve meses de 2025, México creó 333,303 empleos formales, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El actual, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunció con bombo y platillo una cifra récord de Inversión Extranjera Directa (IED): 3,149  millones de dólares en inversión nueva y 35,000 millones en reinversión.

Del total de inversión registrada al segundo trimestre de 2025, la reinversión de utilidades acumuló el 84.4% del total y las nuevas inversiones registraron 9.2%, mientras que las cuentas entre compañías abarcan 6.4 por ciento.

El problema es que los números en la calle cuentan una historia completamente diferente.

Los Datos Que Desmienten el Triunfalismo

Mientras el gobierno celebra inversiones récord, la economía real muestra señales inequívocas de debilidad:

333 mil  empleos formales creados en lo que va del año. La cifra más baja en años para un país que necesita generar más de un millón de plazas anuales solo para absorber a los jóvenes que se incorporan al mercado laboral.

Crecimiento del PIB proyectado en 0.5%. Prácticamente un estancamiento que coloca a México entre las economías de peor desempeño en América Latina.

31,000 millones de pesos retirados de las cuentas de seguro de desempleo. Un indicador contundente de que la gente está perdiendo sus trabajos, no encontrando nuevos.

La industria manufacturera está al borde de la recesión.

Justamente el sector que debería estar floreciendo con la supuesta avalancha de inversión extranjera buscando alternativas a China.

La pregunta que nadie en el gabinete parece querer responder es simple y devastadora: ¿Dónde está el dinero?

El Juego Semántico de las "Inversiones Comprometidas"

Aquí es donde el análisis debe volverse incómodo, porque lo que el gobierno presenta como "inversión" frecuentemente es una categoría contable que tiene poco que ver con el capital efectivamente desembolsado y operando en territorio nacional.

Existe una diferencia abismal entre:

• Anuncios de inversión: Declaraciones de intención, memorandos de entendimiento, proyectos "aprobados" que pueden o no materializarse

• Capital ejecutado: Dinero real que se convierte en fábricas, maquinaria, nóminas, cadenas de suministro

Cuando un secretario de Estado presume cifras oficiales, pero se niega a revelar los nombres de las empresas invocando "privacidad", el escepticismo no sólo es válido—es obligatorio.

La inversión extranjera directa no es información privada. Es un dato económico público que debe ser verificable. Cuando los gobiernos ocultan los detalles detrás de cifras macroeconómicas triunfalistas, generalmente es porque esas cifras no resisten el escrutinio.

La Paradoja del Nearshoring Fantasma

México debería estar viviendo su momento dorado. La reorganización de las cadenas de suministro globales, la tensión geopolítica entre Estados Unidos y China, y nuestra ubicación geográfica privilegiada nos colocan en la posición ideal para capturar inversión manufacturera masiva. Y sin embargo, la manufactura está en crisis.

¿Cómo es posible que con "inversión récord" en el sector, la producción industrial esté cayendo? Las explicaciones posibles son todas preocupantes:

1. Las inversiones simplemente no han llegado. Son proyecciones, intenciones, compromisos condicionados que el gobierno contabiliza como hechos consumados.

2. Están sustituyendo operación existente, no expandiendo capacidad. Las empresas que modernizan plantas antiguas generan cifras de inversión sin crear nuevos empleos.

3. Los obstáculos estructurales están neutralizando cualquier ventaja. Inseguridad, infraestructura deficiente, problemas energéticos y, cada vez más, incertidumbre jurídica.

El T-MEC 2026: La Cuenta Regresiva Que Nadie Parece Tomar en Serio

En 2026, México, Estados Unidos y Canadá revisarán el tratado comercial que es la columna vertebral de nuestra economía. Si llegamos a esa mesa con:

• Violaciones documentadas de compromisos comerciales (telecomunicaciones, energía, compras gubernamentales)

• Retrocesos institucionales que socavan el estado de derecho

• Una economía estancada a pesar de "inversión récord"

Y aquí está el punto ciego de la narrativa oficial: el T-MEC no es un derecho adquirido, es un acuerdo que debe renovarse. Si los socios comerciales perciben que México no está cumpliendo su parte o que el riesgo país se ha elevado significativamente, tienen todas las herramientas para renegociar en términos menos favorables.

Lo Que los Analistas No Quieren Decir

Existe un consenso tácito en muchos círculos analíticos: no cuestionar demasiado las cifras oficiales, no parecer "antiprogreso", mantener un tono mesurado que no incomode a las autoridades.

Pero el costo de este silencio diplomático es la complacencia ante políticas económicas que no están funcionando.

La verdad incómoda es que México está desaprovechando la oportunidad histórica del nearshoring. No por falta de potencial, sino por decisiones de política pública que prioriza la narrativa sobre los resultados, el control político sobre la certidumbre institucional, los anuncios espectaculares sobre la construcción paciente de condiciones para el desarrollo.

México no tiene un problema de marketing internacional.

Tiene un problema de fundamentos económicos e institucionales que ninguna campaña publicitaria puede resolver.

Los empresarios—mexicanos y extranjeros—no invierten por discursos. Invierten por; Retornos predecibles, Riesgos manejables, Estados de derecho funcionales, Infraestructura confiable y talento disponible.

La pregunta ya no es si estas cifras son reales. La pregunta es: ¿cuánto tiempo más podemos permitirnos gobernar con base en ficciones económicas mientras la oportunidad del siglo se nos escapa entre los dedos?

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